Gerardo Valdivieso Parada
Juchitán, Oax.- El tronido de cohetes en el cielo de Juchitán es el anuncio de fiesta, del inicio de la festividad, de la misa, de la boda, hasta de la muerte cuando el fallecido es soltero o niño, luego de dos años de contingencia por COVID-19 el cielo apenas si anuncia alguna fiesta y festividad y los trabajadores de la pólvora no pueden recuperarse, muchos siguen dedicados a otra actividad.
La creatividad y habilidad de los trabajadores de la pólvora que visten de luz las celebraciones, desde el anuncio del cohete de luz colorido que chifla al caer herido a tierra, hasta las bombas que estallan en esquirlas de luz que se despliegan en el cielo como pavorreales celestes, aún no regresan plenamente.
Aunque otros sectores relacionados con las festividades y fiestas canceladas durante dos años por la pandemia del COVID-19 han reportado cierta recuperación, el oficio de la pirotecnia sigue en crisis, han reportado los llamados coheteros.
Con apenas un 20 por ciento de aumento en sus ventas debido a que algunas fiestas como bodas, 15 baños y otros eventos les reportan ingresos por el comercio de cohetes y de manera muy escasa otros artefactos pirotécnicos como tiempos (llamadas cámaras) castillos.
El cohetero José Alberto Gutiérrez Amador dijo que luego de dos años de suspendidas las fiestas y los estragos del COVID-19 “apenas la gente está agarrando confianza y no les están autorizando para que las festividades se hagan como era antes”.
Recuerda que antes de la pandemia desde marzo ya iniciaban la venta de pirotecnia desde la labrada de cera y la cuaresma, después venía lo fuerte en mayo en donde tenían más demanda en los pueblos como Ixtepec, Espinal con la venta de toritos y cohetes para las calendas.
En la actualidad sólo se venden escasamente cohetes, tiempos (cámaras), cohetes de luces y en su caso solamente para este mes de mayo tiene un trabajo encargado para una boda que es un castillo de luces.
Reportó que van haciendo trabajos cuando se los piden, no como antes que tenían llena la agenda con las festividades en el año en las que tenían que entregar a los pueblos vecinos, para lo cual se organizaban adquiriendo los ingredientes necesarios para hacer su pólvora.
Dijo que para el sector de los coheteros no hubo ningún tipo de apoyo durante los dos años de pandemia, que aunque les ofrecieron créditos muchos rehusaron porque estaban en plena crisis de la pandemia y no había para cuando se levantaran las restricciones.
De los poco más de 15 coheteros que existen en la ciudad la mayoría ubicados en la Cuarta y Quinta Sección aunque hay algunos ubicados en las colonias populares, reconoció que el trabajo es muy escaso poco repartido entre todos.
Ante la falta de trabajo en la pirotecnia durante los dos años, los coheteros tuvieron que dedicarse a otros oficios, con la reconstrucción a la albañilería y otros trabajos, muchos de ellos no han vuelto al oficio por falta de trabajo y han decidido seguir en sus otras labores y esperar los buenos tiempos para volver al oficio.
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