Abel Toledo Gómez
¡¡ Hay guiee chaachi…guiee chaachi, desde cuando y quienes perdiendo su dignidad trituran tu inocencia de flor con suave aroma de mayo, cada vez que te ensartan en delgados hilos, y te convierten en collar para adornar los cuellos y pechos de hombres y mujeres, viles mortales, que solo te merecerían fuera del mundo terrenal por tanto daño que le hacen a sus prójimos con sus hechos. Esos mortales llamados políticos, los hay hasta de quinta nivel en moral y ética….hay.. guiee chaachi..guiee chaachi, que tristeza haz de sentir cuando obligada adornas a seres sin escrúpulos y con almas llenas de maldad en Juchitán.
En Juchitán hay muchas novedades que reportar.. mi general, pero esperaremos a que pasen las fiestas primaverales; hoy platicaremos, de una flor de rico aroma, llamada guiee chaachi, que por cierto se da en abundancia en temporada de primavera en Juchitán y en otras comunidades del istmo oaxaqueño. Seguramente habrás visto en fotografías a esta hermosa flor, convertida en collar y adornando en mítines y en cualquier evento de recepción de candidatos a puestos de elección popular, o en funciones de servidor público. Históricamente se recuerda y se sabe, que dichas flores eran destinadas para adornar al santo patrono San Vicente Ferrer, también a San Isidro Labrador, a San Antonio y al Propio todopoderoso Jesús Cristo, en el ambiente del catolicismo. Al parecer, Fue en la década de los setenta, cuando alguien se le ocurrió, hacerle creer hasta la fecha a los parásitos de la sociedad, llamados políticos, que eran y son semidioses y seres profundamente adorados al sentir en sus cuellos las frescas y aromáticas collares de guiee chaachi….Sí mi general…en Juchitán, desde aquel entonces, pareciera que el mundo está al revés. Pareciera que en alguna pared del salón de cabildo estuvieras escritos con letras de bronce estos mandamientos para observancia y cumplimiento de los habitantes sin dignidad, sin orgullo y viviendo de rodillas ante presencia de funcionarios o candidatos acostumbrados a apropiarse del dinero y patrimonios del pueblo y/o aprendises de tales maldades.
Mandamientos:
-Conseguirás a como de lugar flores de guieechaachi, con ellas elaborarás colleres para adornar sumisamente los cuellos de damas u hombres en campaña política o en funciones de empleado público. Ellas o ellos, se creerán semidioses, y tu sonriendo les dirás que lo son.
-Inclinarás tus rodillas ante cualquier político en función de empleado público o candidato en campaña política.
– Si hace mucho calor. Les darás en la boca agua de horchata o chía de limón, para que sientan que los aman y que ellos son los redentores de la sociedad civil.
– Si al término de sus gestiones, se roban dinero o se apropian de los patrimonios, tu no te quejarás, no dirás nada al verlos convertidos en nuevos ricos de Juchitán, hasta el fin del mundo.
-Si escuchas que van a auditar a los presidentes municipales y a sus achichincles, no hagas caso; porque al fin al cabo, la auditoría superior del estado, fue creada para grandes pantomimas y simulaciones; pues, cuando haz visto a ex presidentes o achichincles presos o que hayan devuelto todas las fortunas robadas.
-Acepta el borrón y cuanta nueva en cada trienio, no hagas corajes.
-Olvida aquello de Juchitán heroica y valiente, tu ya no tienes nada de eso, grávatelo en la memoria, tu eres prácticamente un ciudadano sumiso, cobarde e indigno, yo soy tu patrón.
-Cuando se inauguren obras con recursos del pueblo, haz de cuenta, que salieron de las bolsas de los presidentes municipales, tu ve con tus collares de guiee chaachi, adórnales sus cuellos y pechos, y grítales ¡¡vivas!!…y sigue votando por ellos o ellas para que continúen robándoles.
Así se escribieron esos mandamientos…mi general. Los que se encargan de adornar a los políticos con las flores guiee chaachi, en cualquier evento, ya solicitaron recursos para que se elabore un altar con madera fina; colocar fotografías de los políticos coceistas, priistas, perredistas, panistas, morenistas, petistas, ect, etc, en funciones y también los que entren en campaña próximamente, para ponerles sus veladores, como para esperar un milagro de ellos; desde luego , las guiee chaachi, no faltarán, aunque se tengan que importar.
El mundo está al revés en Juchitán, mi general…lo correcto sería que todos los funcionarios o políticos de todos los partidos, compraran toneladas de flores guiee chaachi, para los cuellos y pechos de los miles de ciudadanos, que les otorgan la oportunidad de tener un trabajo, remunerado con los impuestos que todos pagamos….y esto es aplicable para los diputados federales, locales, presidentes municipales, regidores, achichincles, senadores, gobernadores, presidentes de la república y demás empleados; obligados a rendirles cuentas al pueblo, éste no tiene ninguna obligación de inclinar la cerviz y rendirles honores, como si fueran dioses. Ellos están contratados para servir, no para ser servidos como comúnmente se hace.
Esa indignante y humillante practica de adornar con guiee chaachi a los políticos, se tiene que terminar, porque de continuarse, se convertirá en ley y los pueblos vivirán de rodillas ante seres imbéciles, sin escrúpulos, incompetentes, sinvergüenzas y corruptos hasta la profundidad de la médula. Sobre todo en Juchitán.
Pobre de Juchitán, ¿verdad mi general?…ahí, después comentaremos, del cabildo y sus simulaciones de trabajo.
Es casi en todo México.. mi general,…pero, como siempre, el caso del pobre de Juchitán, es muy interesante. Han pasado muchos años, y a pesar de los agravios, los enormes daños, el enriquecimiento de políticos y otras personalidades que no rebuznan solo porque dios es grande; los habitantes de esta ciudad siguen ignorando la existencia del Artículo 39 de la Constitución Política de este país, esa disposición que establece: “ que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Estos preceptos legales, dan a entender, que todos los funcionarios públicos, están supeditados al poder del pueblo, es decir, los que laboran como funcionarios públicos federales, estatales o municipales, son y serán siempre empleados del pueblo; es como si el pueblo los contratara para laborar con eficiencia, eficacia y honestidad.
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