Por Ana Beatriz Muñoz Valdivieso
En el mes de diciembre del año pasado por medio de las noticias empezamos a escuchar que en un mercado chino un científico había detectado un virus muy peligroso. Sin embargo las autoridades de ese país asiático le dieron poca importancia. Es tan letal ese virus ha causado la muerte a cientos de miles de personas en todo el mundo. hoy en Juchitán estamos viviendo el principio de los estragos que causa esta pandemia. Muy lejanos estábamos que un día en la historia de Juchitán los habitantes nos mantendríamos encerrados durante tanto tiempo. Pensar que nuestro pueblo se ha considerado libre. Nadie nos podía detener de salir de casa varias veces al día. Solo los temblores podían lograrlo. Sin embargo desde el mes de marzo para muchos habitantes la vida ha cambiado radicalmente. Nada es igual. Juchitán era desde siempre un lugar donde se acostumbraba a visitar a los familiares, vecinos o amistades, después de las faenas diarias. Esta costumbre aún persiste. Con menos frecuencia pero todavía se da. Las reuniones familiares se terminaron. Las reuniones de negocios tampoco. Nadie se puede saludar de mano mucho menos con un beso. Pocos niños en las calles. Los conocidos no se han dejado ver. Solo algún miembro de la familia sale por productos esenciales. Solos las tiendas trasnacionales no respetan la sana distancia. Sin embargo ya hubo un deceso en una de ellas. Se empieza a escuchar que cada día hay más fallecidos por este virus chino. La velas de mayo se suspendieron. Por primera vez después de 40 años los profesores no realizaron su ya acostumbrada marcha de protesta que año con año realizan. Para mejoras salariales dicen. Los restaurantes cerrados. Los bares y cantinas ni se diga.Mucha gente en este tiempo elaboró sus propios cubrebocas. Ya que la mayoría de las familias cuenta con una maquina de coser. Esta es ya por tradición. Juchitán está semiparalizado. . Aquí la gente está acostumbrada a salir adelante. Ha sido un pueblo de guerreros donde no se dejan vencer fácilmente. Acostumbrados a la escasez, esto no es novedad para muchas familias. Vivir de lo que se tiene y de lo que se puede como la gran mayoría de los mexicanos, es ya costumbre y no necesariamente en tiempos de pandemias. Los nativos cuando por casualidad se encuentran cambian y comentan puntos de vista referente a este caso. Cuando se topan por algún lugar. Casi es imposible dejarse de hablar. Si el apoyo moral entre la comunidad, es esencial acostumbrada a darse la mano en tiempos difíciles. Nadie esperaba estos tiempos. Esperábamos las velas de mayo, las lluvias de la temporada, las clausuras de fin de curso. Entre otras actividades anuales, nunca un encierro tan largo. Porque los expertos aseguran que en el istmo lo más fuerte apenas comienza. Los panteones cerrados, esto nunca antes visto. Ni cuando el Zika o el chinconguya. En donde la medicina alternativo curó a la comunidad. En este tiempo de pandemia en Juchitán todo cambio. Las actividades diarias, el comercio, las industrias. Todo parado como toque de queda. Los ánimos están por los suelos. La gente va y viene como zombi. Cambio todo. Este virus chino vino a darle una refriega a la economía mundial. Vino a darle en la torre a la salud de la humanidad. Porque los que no nos muramos ya no seremos los mismos. Nuestra historia cambiará. Para bien o para mal pero cambiará. Mucha gente aquí no cree que existe, sin embargo poco a poco nos iremos cerciorando que si existe, que es real. En el pueblo ya se comenta que cada día aumentan los decesos. Juchitán desde la pandemia ya no es el mismo. Cambio todo. Hay preocupación hay miedo e incertidumbre. Sin embargo hay una luz de esperanza de que pronto saldremos de este sueño. Debemos estar unidos para que esto sea menos penoso. Hay que seguir cuidándonos. Para volver a darnos muchos abrazos.saludos dios nos cuide y nos proteja a todos.
Your reaction