Región

MI HERMANA NAPOLITECA, LA SIRENA VENIDA DEL SUR

Por Elí Bartolo

No recuerdo cuando te conocí.

Por más que quiero escudriñar en mis recuerdos, no sé realmente cuando te conocí, según cuentas que fue una vez que me fuiste a buscar a la Simone de Beauvoir, y que en un primer momento te sorprendí pues te imaginas a un viejo filosófico cascarrabias y mamón, y encontraste a una persona joven, divertido y entusiasta de trabajar con niñas y niños y que tanto la filosofía como el pensamiento era algo divertido.

Me extraña esa declaración, pues yo siempre conocí a mis amigas en bares, y tuburios en alta horas de la noche, o en algún pasillo de un condominio o universidad.

Un conejo napolitano.

Recuerdo que una vez me invitaste a tu departamento en el DF, que se ubicaba en el sur de la ciudad, cerca del metro Taxqueña, un departamento muy mono y folclórico, con muchos detalles mexicanos y me preparaste un guisado de conejo al estilo napolitano, y recuerdo que me compraste un “six de cervezas” y después no bebimos una botella de vino tinto, fumamos unos cigarros, amigables con el ambiente, que no contaminan el ambiente,  y me pediste que leyera tu tesis doctoral aún en proceso y en tu lap, y me acuerdo de la gran discusión bisantina, era como traducir grumo al español, osea, las bolitas de calcetines y medias que se ponían  los muxes en el brasiere para exagerar sus chichis.

¿Quién es Lulú?

Recuerdo cuando nos encontrábamos en el departamento de tus padres, en Villa del Curatto, en la ciudad de Roma, a una cuadra del Castello del Angelo, en una noche calurosa romana, te pregunté quien era Lulú y tú me respondiste, con una voz llena de cariño, es mi hermana mexicana.

Tiempo después comprendí que poco a poco fuiste adoptando a una seria de hermanos, hermanas y parientes a lo largo de tu vida.

Yo, tu hermano mexicano.

Me acuerdo en dos ocasiones haber escuchado cuando me presentabas a la gente, en la primera ocasión fue cuando Nina tu madre, me presentó a unas personas en tu casa en San Fernando, y dijo: “Él es Elí Bartolo, el hermano Messicano de Marinella”, (exagerando la doble s y la doble l)

Y la segunda vez, fue cuando hicimos el altar de muertos de tus padres, en el primero aniversario, en San Miguel, Morelos, cuando llegaron los visitantes a ver el altar de Nina y
Federico, que me presentabas como tú hermano mexicano.

 

Un paso doble para las intrépidas.

Hoy nos reunimos en este antro cultural que es La Casa de la cultura, o Lichi Guendabianni, para recordarte y homenajearte tus amigos Raúl, Chente, Mavis León, tú comadre Florinda  y algunas locas con quien te divertías enormemente como Felina, Kika, Angélica, estamos aquí para brindarte un fuerte aplauso, y espero que detrás de la reina con banda, llegues con el ramillete de locas, como algunos años llegabas al baile de las intrépidas.

 

 

 

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