Región

MAL CARÁCTER

Recuerdo que desde niño sentía una enorme inconformidad con la vida. La mayor parte del tiempo estaba molesto, nada me gustaba y me enojaba mucho cuando las cosas no salían como yo quería. Aún recuerdo las palabras de mi madre: “Hijo, eres muy soberbio, muy berrinchudo”. Y es que si las cosas no eran como yo quería hacía berrinches: lloraba, pataleaba, gritaba y decía muchas groserías.

Siempre me inconformé con la vida, sentía mucha exigencia en mí, quería que las cosas se hicieran bien en tiempo y forma, casi perfectas, y si no era así, sentía mucha frustración y me llenaba de rabia.

Yo he sido una persona muy egoísta, todo lo quiero para mí: cosas materiales, atención, afecto, etc. Muchas veces conseguía lo que quería, pero cuando no era así me resentía mucho y me llenaba de rencor y frustración, hasta llegar a odiar a las personas: hermanas, amigos, etc. Muchas fueron las formas que utilicé para conseguir lo que ambicionaba: lloraba, me aislaba, me enojaba  o me hacía el enfermo.

Además he sido una persona que no le gusta hacer nada, cómo sufría para realizar la tarea, no quería ir a la escuela, era feliz cuando había suspensión de clases. Cuando en la casa me indicaban mandados o quehaceres me enojaba mucho, respingaba y finalmente no los hacía, o bien, llegaba a realizarlos pero después de muchas maldiciones o diciendo: “Puro yo, puro yo…  por qué no mandan a otro”.

He tenido mal carácter aunque éste me causara mucho dolor y sufrimiento. Me molestaba mucho cuando la gente no respeta los señalamientos de tránsito, me llenaba de rabia.

Me desesperaba con facilidad y frecuentemente andaba irritado. Si andaba enojado quería lastimar, sacar todo mi veneno, no dejaba que me tocaran o estuvieran junto a mí. Cuando baja mi emoción me siento vacío, con mucho sentimiento de culpa o con miedo a las consecuencias de mi mala voluntad. En los momentos que cambia mi estado de ánimo quisiera que las cosas quedaran bien, como si no hubiera pasado nada.

Intentaba no enojarme ni que me afectaran tanto las cosas pero no podía, a pesar del sufrimiento que me producía tener un carácter así. Quería vivir tranquilo y no tomarme las cosas tan en serio. Me era difícil aceptar que algunas cosas no se pueden cambiar.

Después de tanto tiempo de angustia me di la oportunidad de acercarme al Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos. Con la terapia me he dado cuenta que sí puedo cambiar. Hoy puedo decir que mi vida ha mejorado, ya que poco a poco he ido comprendiendo que hay cosas que puedo cambiar y otras, no. Ahora sé que sufro de mis emociones, pero con la ayuda de mis compañeros he podido ver la vida de una manera diferente.

 

 

Publicaciones relacionadas

Your reaction

NICE
SAD
FUNNY
OMG
WTF
WOW
Botón volver arriba