Región

Los hijos de Arlene, la migrante hondureña

Gerardo Valdivieso Parada

Cd. Ixtepec, Oax.- La hondureña Arlene García Romero siempre tiene cerca a su hijo de siete años, incluso cuando está en su jornada de trabajo, su apego al menor tiene razones fundadas porque el hermano que le sigue de 13 años está esperándola en Honduras, el mayor de 22 años está en la cárcel, sus otros dos hijos de 19 y 21 ya nunca podrá verlos porque fueron asesinados.
Con el dolor de sus hijos a cuestas huyó hasta este país para buscar posibilidades de trabajo mejores que en Honduras en donde se dedicaba a recolectar chatarra, la misma actividad de sus dos hijos que hasta tenían su propio carrito pero por no pagar “el impuesto de guerra” fueron ultimados a balazos.
La madre de 45 años relata con serenidad una vida atribulada, llena de sobresaltos en un país hundido en la violencia y las injusticias, en un momento de descanso de la jornada de cuatro horas de limpiar maleza y recoger basura en las áreas públicas que implica estar inscrita en el Programa Emergencia Social al cual apenas entró.
Mientras abraza al mas pequeño de sus hijos añora al de 13 años al que dejó encargado con su hermana mayor la que le pide que regrese para ver al niño, por este llamado piensa regresar a su país de origen.
Arlene García Romero ingresó al país hace 5 meses y ha estado en Chiapas en las municipios de Huixtla y Arriaga y finalmente ha llegado al albergue hermanos en el Camino de Ciudad Ixtepec viajando a bordo del tren y caminando.
En los caminos solitarios agradece a Dios no haber sido asaltada pero ha pasado momentos de “pánico frío” pues en su caminar se ha topado con serpientes, tres enumera.
De su rosario de sufrimientos recuerda que un día no supo de su hijo mayor que lo vieron la última vez en un baile, preocupada la buscó desesperadamente hasta que un día soñó que una voz le dijo que lo buscara en “los pozos” las cárceles de máxima seguridad hondureñas.
Luego de una larga búsqueda por las cárceles lo encontró en una con una condena de 15 años por robo, lo notó severamente delgado, la situación de las cárceles hondureñas son inhumanas cuenta, ella y otras madres iniciaron una campaña de protestas para que sus hijo pudieran recibir alimentos, ya que está prohibido que reciban raciones de su familiares.
La hondureña, que recién entró en el programa de apoyo a migrantes, el próximo 15 de agosto recibirá su primer pago de 2 mil 380 pesos, el dinero tendrá múltiples usos desde la operación de su hijo menor que sufrió un accidente hasta unos boletos de regreso a Honduras.

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