Gerardo Valdivieso Parada
Juchitán, Oax.- Aunque el director general de PEMEX, José Antonio González Anaya, minimizó las consecuencias del incendio de 500 mil barriles de crudo en la refinería Antonio Dovalí Jaime, al declarar que no causan daños ecológicos “permanentes”, el Foro Ecológico Juchiteco ha informado que las consecuencias ambientales son de gran importancia a corto y mediano plazo y ha urgido a la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA) “informe a la sociedad el volumen real de hidrocarburos que han sido vertidos al mar”.
En un documento dirigido a la ASEA, a la SEMARNAT y al director general de PEMEX, la asociación civil también urgió a la ASEA a informar de “las medidas que se están tomando para su recuperación, ya que los impactos ambientales de este derrame a gran escala pueden ser alarmantes, no solo por las quemaduras o muerte inmediata que puedan sufrir ejemplares de flora y fauna, si no por las mutaciones que se han observado y documentado en otros casos de derrames de hidrocarburos en el mar, afectando a peces, moluscos y principalmente crustáceos, camarones sin ojos, cangrejos sin tenaza y caparazón blando, además de peces con llagas, son algunas de las mutaciones ya registradas en casos similares”.
Los integrantes del Foro también instaron al organismo a la “urgente la aplicación de medidas de contención y bioremediación, pero sobre todo es urgente que se informe claramente a la población ya que como hemos reiterado, la pesca es una actividad fundamental en la vida de los istmeños”.
El Foro centró su denuncia en los dos incidentes ocurridos en la refinería la inundación del 13 de junio y el incendio del día siguiente, pero también hizo enfasis en la catastrofe ecológica que ha significado la refinería desde su fundación:
“Los efectos nocivos a lo largo de los 37 años que ha dejado en la región, desde que se instaló La Refinería son la contaminación de esteros, ríos, lagunas y el golfo de Tehuantepec, así como daños a la salud humana y animal, crecimiento poblacional desordenado y el encarecimiento de la vida”.
Pusieron como ejemplo de afectación ecológica “a la pequeña localidad de Salinas del Marqués, donde se prohibió la pesca ribereña desde hace 18 años en la zona de carga de los buques petroleros, en bahía La Ventosa, con la reducción de moluscos y en Boca del Río, donde los maizales ‘se queman, los frutales no crecen y los animales mueren’.”
En cuanto al incendio de los 500 mil barriles de crudo que aún continúa la asociación civil denunció que “si los protocolos de seguridad no se han llevado a cabo conforme lo indican las normas y procedimientos establecidos en la materia, lo que es evidente dado el grave incidente que acontece, ¿Qué certeza existe de que el fuego no propague a municipios aledaños como Tehuantepec, San Blas Atempa e incluso Juchitán?, ya que a través de estos se extiende la amplia red de distribución de hidrocarburos”.
El Foro Ecológico menciona en el documento que existe una contaminación del aire pero también una contaminación “ocasionado por la deposición de las
partículas emitidas, porque aparte de ocasionar problemas respiratorios, altera los ciclos
químicos y de nutrientes en los suelos y aguas superficiales. Aunado a esto es necesario dimensionar la cantidad de CO2, gas de efecto invernadero, que está siendo lanzado a nuestro medio inmediato, especialmente si el fuego se prolonga hasta que sea agotado el contenido total del depósito de petróleo”.
Por último urgieron la intervención de las autoridades ambientales como ASEA,
SEMARNAT y PROFEPA “y en especial, de la Secretaria General de Gobierno que debe
canalizar los recursos económicos y humanos, así como hacer las gestiones necesarias ante la federación para que se cuente con los medios que permitan controlar el fuego y así evitar las graves consecuencias ambientales que padecernos quienes vivimos y dependemos de los recursos naturales en el istmo de Tehuantepec”.
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