Región

DEVALUACION

Desde niña tuve muchos problemas para aceptar mi cabello, mi color de piel, ser delgada, la ropa que tenía y la casa en la que vivía. Pensaba que mi vida era triste, aburrida y sin chiste porque no teníamos dinero; pensaba: “si tuviera dinero las cosas serían diferentes, yo me sentiría feliz, con energía con ganas de hacer cosas, me llevaría con la gente, reiría mucho, participaría en clases, todo seria diferente.
En la medida que fui creciendo se me fue acentuando esa sensación de sentirme menos y que valía menos que los demás. Yo iba pasando de una escuela a otra, mis compañeros eran cada vez más de mejor nivel académico. Me sentía muy mal ver que no alcanzaba para los gastos médicos o para ropa nueva y bonita. Mi papá se endeudaba constantemente y la casa cada vez estaba peor. Nunca nos quedamos sin comer pero la mayoría de veces no me gustaba lo que me daban de comer. Cuando mi papá se emborrachaba, me sentía peor y me avergonzaba verlo en ese estado.
En la escuela escuchaba a mis compañeros que los fines de semana habían salido a pasear, de vacaciones, a un concierto, fiesta o a algún evento. Veía como las casas de mis compañeros que eran mejores que la mía, las cosas que les compraban, la relación de sus papás eran más afectuosas, de cuidado y de aprecio y yo no tenía nada de eso.
Después conocí a un muchacho que después se hiso mi novio, pero yo sentía que me estaba haciendo un favor al salir conmigo, recuerdo que con mucha angustia dejé que me llevara a mi casa y al otro día esperaba que terminara conmigo, me imaginaba que él me diría que no andaba con una persona pobre como yo, pero eso no pasó y sentí que me aceptaba, pero no porque fuera valiosa sino porque estaba cegado, pero él me decía que yo era inteligente, entusiasta, emprendedora y estudiosa; pensaba no sacarlo de su error porque si lo hacía me iba a dejar. Muy en el fondo tenía el temor de que un día se iba a dar cuenta de cómo era yo realmente y me iba a dejar. Cuando finalmente se fue unos años después me puse muy mal, caí en una profunda depresión, casi no comía, para colmo se terminó mi contrato laboral y mi papá a quien no veía murió de cáncer y estuve buscando ayuda sin estar muy consciente de ello.
Me acerqué a un par de religiones buscando ayuda, acudí a una terapia profesional pero no lo podía pagar, leí libros de autoayuda, escuchaba programas de radio sobre problemas de relación de pareja y problemas emocionales. Nunca hablé de todo esto con mi familia, solo a mis amigos cercanos les comentaba lo que me pasaba pero no lo que sentía. Hasta que en esa búsqueda, en un programa de radio supe de Neuróticos Anónimos, busqué sus teléfonos al 040 y me dieron los datos del Movimiento Buena Voluntad 24 Horas de Neuróticos Anónimos; aquí fue donde poco a poco empecé a hablar de todo ese sufrimiento, de esa terrible sensación de que no soy valiosa y por lo tanto no merezco cosas buenas, de que no tengo confianza en vivir experiencias agradables, en que tengo una forma de pensar en la que hay personas que valen y personas que no y yo soy de las que no valen.
El grupo me ha ayudado poco a poco a ir cambiando esa forma de verme y ver a los demás, me ha permitido regresar a la escuela y disfrutarla, hacer amistades, integrarme más a mi familia, pero sobre todo a aceptarme tal y como soy.

Servicios Gratuitos
• LAS 24 HORAS DEL DÍA,LOS 365 DÍAS DEL AÑO
• GUARDERIA
• CASA HOGAR
• NEUR-A-TEEN
• VISITAS DOMICILIARIAS
• JUNTAS A INSTITUCIONES
SERVICIO TELEFÓNICO

GRUPO B.V. JUCHITÁN
Calle 5 de Septiembre, No. 38, Primera Sección
Col. Centro, Juchitán de Zaragoza, Oax.
Tel. (01 971) 7-11-49-08

Publicaciones relacionadas

Your reaction

NICE
SAD
FUNNY
OMG
WTF
WOW
Botón volver arriba