Región

Alumnos de la escuela primaria bilingüe Heliodoro Charis siguen en aulas de lona

Gerardo Valdivieso Parada

 

Juchitán, Oax.- Antes del terremoto la explanada de la escuela primaria bilingüe Heliodoro Charis Castro se celebraban ceremonias de distinto índole, desde hace mas de dos años está ocupada por siete casas de lona destrozadas por el viento que los alumnos ocupan como aulas.

La escuela ubicada a orilla de la carretera que lleva a la agencia Playa San Vicente y que se le conoce popularmente como escuela “guragu’” (lagartija) porque estaba a la periferia de la Séptima Sección, ahora se encuentra en medio de varias colonias populares.

Afortunadamente para sus alumnos su explanada está techada, pero las tiendas de campaña que recibió la escuela desde diciembre de 2017 por parte del Comité de Ayuda de Desastres Naturales y Emergencias Nacionales (Cadena) ya dieron su vida útil.

A un lado de la explanada están varias aulas sin acabar, las varillas de sus columnas están oxidándose desde que la empresa constructora dejó abandonada la obra, la compañía constructora Salcedo acaparó la reconstrucción de las escuelas de la región, que subcontrató a empresas locales y no cumplió con los pagos quedándose con el recurso.

Los padres de familia, maestros y directivos hicieron varias manifestaciones, tomaron varias veces las oficinas administrativas del Ayuntamiento, hasta que lograron que el Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa (Iosifet) asignara a otra compañía que sólo retomó la reconstrucción un tiempo para luego abandonarlo por falta de recursos.

Algunos alumnos tiene la fortuna de recibir clases en aulas reconstruidas o arregladas que apenas son tres, el resto sufre la incomodidad del viento que cuando es fuerte levanta las casas de campañas con sus lonas rotas y sus estructuras metálicas aseguradas con alambres.

Se le pregunta a los maestros del apoyo que anunció el gobierno federal de que las escuelas manejen los recursos para la reconstrucción de sus aulas, no saben nada, sólo esperan que la empresa encargada de la reconstrucción reciba sus pagos para terminar las aulas que apenas van en un porcentaje menor.

Aparte del peligro que un tubo de metal les caiga en la cabeza, los niños no se pueden divertir o correr porque no tienen espacio, ni tampoco tienen lugar para realizar actividades físicas.

 

Publicaciones relacionadas

Your reaction

NICE
SAD
FUNNY
OMG
WTF
WOW
Botón volver arriba