Ana Beatriz Muñoz Valdivieso
En varias ocasiones escuché hablar de Natalia Toledo, la hija del gran pintor juchiteco Francisco Toledo, la observé en varios programas de televisión, hoy asignada por el Presidente de México como Sub-secretaria de Cultura. Una de las mujeres más importante en el mundo complejo de los intelectuales.
La vi llegar con una maleta en mano, saludando a todos los presentes, en un reconocido restauran en ésta ciudad, llamó mi atención una mujer parecida a la que había visto por la televisión, con un traje de juchiteca que se usa del diario, ocupó una mesa en la que compartió con sus amigos y colabores, se le veía muy alegre, muy sonriente tal como me la describieron.
Al pasar el tiempo Natalia salió a uno de los corredores de dicho restaurante, se tomó la foto con dos juchitecas de avanzada edad, mi esposo salió a su paso, le pidió que se tomara una foto, en ese preciso momento la gran Natalia atenta a lo que acontece a su alrededor llamó su atención mi atuendo de luto, muy amablemente Natalia me preguntó si estaba de luto, la cuál le respondí que, si, recientemente falleció mi madre, con gran cariño y afecto y sin conocerme Natalia, me dio el pésame, con un gesto profundo que me llenó de paz a mi corazón, aun dolido por ésta pérdida, me sentí bien, sentí que aquella muestra de afecto, era verdadera, éste gesto poco común en ese mundo de los intelectuales, en un mundo lleno de hipocresía y traiciones, además que nunca conoció a mi progenitora, mucho menos a mí, esto tienen mucho más valor.
Esto me hizo reflexionar, por qué ésta Juchiteca es muy querida por su gente, sabe expresar sus emociones con sinceridad, sabe llegar al corazón de la gente, representa a las cientos de mujeres, que a través del tiempo han dejado huella en éste aun pueblo juchiteco.
Natalia Toledo no es solo la hija de Francisco Toledo, es la mujer que sabe expresar sus sentimientos con sinceridad, es la madre, es la amiga, es el ser humano que la gente quiere, es simplemente Natalia.
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