Se nos están yendo las mujeres de hierro

Por Ana Beatriz Muñoz Valdivieso.

Poco a poco, nos están dejando, aquellas mujeres de hierro, nuestras madres. Aquellas mujeres, que no utilizaban pintura en la cara, confiaban en su belleza. Aquellas mujeres fuertes, que no le tuvieron miedo a las adversidades. Aquellas mujeres que confiaban en sus hijos, respetaban a sus esposos, eran quienes llevaban en alto las tradiciones y costumbres de nuestro pueblo. Aquellas mujeres de luz, que se hacían respetar por esta comunidad. Aquellas mujeres que al mirarlas, emanaban seguridad, las guardianas del orden, las creadoras, las creativas, las procreadoras, las proveedoras, las valientes. Se nos están yendo la féminas de hierro, aquellas que nos daban seguridad, confianza y alegría al encontrarlas, en algún callejón, en alguna calle, en alguna fiesta o misa del pueblo, en alguna vela, en alguna calenda, en algún convivio, o en algún lugar. Ya no están, ya se nos están llendo, me siento triste, a veces sola, las extraño, porque al verlas, nos sonreímos, sabía que ahí estaban, que eran parte de mi comunidad. Ya todo es extraño, ya nada es igual, todo cambia, el tiempo es otro. Las nuevas generaciones son distintas, diferentes. Las mujeres de hierro se nos están yendo, la última es na Udilia, prima de mi madre, la conocí desde niña, se dedicó al hogar, trabajo mucho, en labores de lo que un rancho produce, siempre callada, siempre paciente. Acariciaba la vida, amaba a su familia, buena vecina. Agradezco a la vida, permitirme, conocer, a las guerreras zapotecas, ha quienes admiré mucho. Por su valentía y fe hacia la vida. Mujeres de hierro, que nunca le temieron, a los tiempos de cambio, mucho menos a las crisis, ni a las tormentas, menos a los ciclones, ni a los temblores, menos a las inundaciones. Hacían equipo entre ellas, había hermandad entre ellas. Se contaban sus cosas, sus secretos, tus problemas, así como sus alegrías. Se conocían desde niñas. Eran hermanas, fieles entre ellas. A estas mujeres de hierro les dedico esta nota, las llevo en mi corazón y gracias por haberme dado compañía y amor incondicional.