Cultura

RECORDANDO A JESUS URBIETA

Ana Beatriz Muñoz Valdivieso

Todos los seres humanos tenemos recuerdos de nuestra infancia, Jesús Urbieta llegó a mi memoria en éstos momentos y quiero compartir con ustedes esos bellos recuerdo de un gran ser humano que existió aquí en Juchitán y que se esfumó como un soplo, como lo haremos todos en algún momento de nuestra existencia.

Lo recuerdo claramente llegaba a la casa de mi madre esporádicamente a visitar a mi hermana Margarita 6 años mayor que yo, lo recuerdo era delgado de tez blanca, dientes bien blancos y bien formados, pelo lacio, siempre vestía de manga larga, yo cursaba la secundaria, me platicaba que estudiaba en el Tecnológico del Istmo que ayudaba a su hermano en la herrería de su casa, que le gustaba pintar y que algún día sería muy famoso, le gustaba regalarle a mi hermana, grabados hechos por el mismo, las cuales la mayoría eran pequeños animales del mar, en una de las tantas ferias que se realizaban en el Parque Benito Juárez, en una ocasión los acompañé, nos subimos a la rueda de la fortuna, me dio muchísimo miedo, sin embargo ambos me dieron valor para hacer amena ésta experiencia. Era un hombre callado pero cuando te tenía confianza era muy amena su plática, tenía una gran calidad humana, muy extraño de encontrar en Juchitán. En aquellos tiempo en que los enamorados podían platicar y estar juntos, era del recorrido del centro de la ciudad a la casa de la novia, el recorrido de Chuy  era del Centro de la Ciudad hasta llegar a contra equina de la Mansión, donde pasaba a dejar a mi hermana después de divertirse sanamente como hacían los jóvenes de aquellos tiempos.

Los domingos  a mi hermana la dejaban salir si primero iba a misa de 7 en la iglesia Vicente Ferrer, para enclavarse en el Parque Revolución a tomarse un rico chocomil que en ese tiempo elaboraban en las casetas tradicionales de ese lugar,  después Chuy y Margarita participaban en los bailes dominicales que se realizaban en el parque Revolución, donde un distintivo era la manera en que tenías derecho participar en dicho evento, estos famosos bailes eran organizados por las damas voluntarias del DIF Municipal de ésta Ciudad.

Un recuerdo especial de Chuy fue que pintó todos los pañuelos de recuerdos, que regalaría en mis quince años, fue un gran detalle que nunca olvidaré, era un hombre jovial que tenía muchos amigos, uno de ellos Macario Matus, fue un hombre muy querido por la Comunidad Juchiteca, altruista, ayudaba a quién lo necesitara, es por eso que he llegado a la conclusión que la gente buena, se va de éste mundo más rápido y Jesús Urbieta fue uno de estos grandes hombres que llegaron a alegrar los corazones de mucha gente, logró su objetivo, logró lo que me contó que sería: un hombre famoso e importante, bien por él, que logró alcanzar la cima del éxito. Quienes lo conocimos lo recordaremos como un hombre exitoso y de gran corazón.

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