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El orgullo desde fuera y la connotación negativa de muxe’ desde dentro

*Palabras en el encuentro con Víctor Madrigal Borloz, experto independiente para la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género de Naciones Unidas.
Mi participación versará sobre mi materia de trabajo que es la palabra, el lenguaje. Quizá para muchos las palabras no tengan tanta importancia de la que realmente tienen. Desde la perspectiva occidental o judeocristiana en el Génesis el primer elemento de la creación es el verbo que nombró las cosas. Decía Octavio Paz que la cosa o la acción que no se nombra no existe. Javier Sicilia dice que las palabras pueden formar a un buen hombre o destruirlo. Las palabras decía Sicilia tienen dos acepciones, la primera es la nominativa es decir la significación y otra es el sentido que se da la palabra su connotación.
En algunas palabras la connotación supera al significado original. En el caso de nuestro país hay una palabra que tiene una connotación altamente peyorativa que supera su significado original, es tan violenta que está prohibida pronunciarse en los medios ya sea radio o televisión ni escribirse, es la palabra pendejo. Si vamos a su significado en el diccionario es el primer vello que le nace a un adolescente. En países sudamericanos como Uruguay no tiene la connotación de insulto que en nuestro país, se refiera a jóvenes inexpertos o a adolescentes.
Pasando a una palabra local. Otra de las palabras que tienen una carga de insulto o sobajamiento por parte de los hablantes del zapoteco es para designar el gentilicios de los pueblos mareños: huave o huavi. Su significado tiene una relación profunda con esta cultura que vino del mar, investigadores como el profesor Gómez Parada de San Francisco del Mar que ha publicado varios libros sobre sus raíces, la palabra proviene de huari y que tiene que sus orígenes desde que este grupo étnico aún no llegaban al istmo. El trato de los zapotecos que los desalojaron de la planicie costera un siglo antes de la llegada de los españoles, se resumen en el gentilicio con que los designan, que les recuerda despojo, engaño, desprecio y hasta violación de parte de sus vencedores. Incluso el gobierno ha contribuido a darle a la palabra un significado que no es exacto, cuando en las páginas oficiales y sin ningún fundamento se afirma que huave o huavi quiere decir “podrido por la humedad”. Cuando en zapoteco existe una palabra parecido ucuabii que se designa a la comida descompuesta, o cuando el aire craquelea el barro o alguna vasija o recipiente se agrieta. Tanta carga despectiva tiene la palabra huave que los mareños cambiaron su gentilicio a la palabra ikoots, nombre que los une y los enorgullece, no tiene un significado profundo porque al parecer solo significa “nosotros” o los “verdaderos nosotros”. A lo largo de la historia de nuestro país varios pueblos decidieron deshacerse del gentilicio que les impusieron otros pueblos más poderosos, por tener un significado vergonzoso, es el caso por ejemplo de los tarascos nombre que les impusieron los mexicas y luego los españoles y se cambiaron a purépechas. Es el legítimo derecho de los ikoots refugiarse en esta nueva designación que debemos respetar y dejar atrás.
Todo este preámbulo es para llegar a la palabra muxe’ con la contracción de la palabra al final. Como ha explicado el lingüista Víctor Cata su origen viene de la palabra castellana mujer o muxer. Lo que desmiente que los muxe’ ya hubieran existido antes de la llegada de los españoles como lo afirman ciertas publicaciones en las redes. En la lengua zapoteca tiene una connotación de insulto ya que los zapotecos lo siguen utilizando para designar a la serie de prejuicios y estereotipos hacia la mujer: personas amaneradas, afeminadas, cobardes, débiles. Entre los hombres heterosexuales se sigue utilizando para ridiculizar, insultar. Cuando alguien en la calle le llama a otro muxe’ es para humillarlo y sigue teniendo entre los hablantes del zapoteco una connotación de insulto y sobajamiento. Dentro de la misma comunidad muxe’, tal vez inconscientemente, se sigue utilizando para sobajar o ubicar en su lugar a otro muxe’. Cuando una de ellas que conoce a la otra muy bien, sabe su nombre de pila y de muxe’, una de las formas de herirla es hablándole por su nombre masculino, pero también cuando quiere llamar su atención y ubicarlo en su nivel en la sociedad zapoteca le dice muxe’ y no por el nombre que se siente a gusto y de acuerdo a su género. Nació desde fuera una campaña del orgullo muxe’ copiada del orgullo gay, iniciada por una marca de cerveza que quiso colgarse de la fama de los muxe. Elí Bartolo decía que la identidad no sólo tiene que ver en cómo te identifican sino también en cómo te identificas: de este último se han inclinado las personas que viven fuera de la región y no tienen ningún lazo con la cultura zapoteca para identificarse como muxe’s. La palabra que hace 15 años estaba ligado a la pobreza, a lo indígena, de pronto ha saltado a la portada de las revistas de moda y ha llamado la atención de televisoras extranjeras. Las personas que antes despreciaban lo muxe’ ahora lo encuentran chic y se asumen como muxe’s, en su mayoría son personas gay o queer que no tienen raíces zapotecas, cuyos padres vienen de otras ciudades y nacieron en Juchitán u otro pueblo del istmo y han asumido el orgullo muxe’. Las nuevas generaciones de zapotecos también están influidos por el orgullo muxe’, pero paradójicamente han perdido el lazo con su lengua, ya no lo hablan y apenas lo entienden. Con la connotación ignominiosa del término se pierde la lengua. Hay mucho trabajo que hacer para que la carga despectiva del termino entre los zapotecos desaparezca, no es necesario como es evidente, hacer como los mareños y buscar un nombre nuevo o inventarse uno, sino buscar las formas para la violencia encerrada en la palabra muxe’ tal vez no se vuelva un orgullo sino se diga con respeto. El trabajo será arduo.
Gerardo Valdivieso Parada

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