Consterna deceso de médico juchiteco que reunió 200 toneladas de ayuda después del terremoto
Gerardo Valdivieso Parada
Juchitán, Oax.- El alto índice de decesos en los últimos días ha sido en los jóvenes que apenas superan los treinta años, gran consternación causó el deceso de Ricardo Pineda Baltazar un apreciado médico que después del terremoto del 7 de septiembre llegó a trasladar para la región hasta 200 toneladas de ayuda para los damnificados.
La madrugada del 8 de septiembre de 2017 el joven médico que realizaba sus estudios de postgrado en el Instituto Nacional de Perinatología (INPER) recibió la llamada de su hermana que le describió los efectos del terremoto, no había luz, seguramente se quedarían sin agua y habría escases de alimentos.
Aunque llevaba dos días sin dormir por un trabajo pendiente esa mañana acudió con el director del INPER para solicitarle permiso para pedir una colecta entre los médicos y compañeros para adquirir víveres y transportarlos a su pueblo natal que había sido duramente afectado por el terremoto.
Colocó carteles alrededor del Instituto ubicado en Lomas de Chapultepec imaginando que a lo mucho iba a recolectar para llenar una camioneta, pero la respuesta de las personas dde la Ciudad de México fue tan buena que unas horas después a las dos de la tarde del mismo día ya había reunido alrededor de tres toneladas de ayuda.
El problema que se le presentaba era trasladar la ayuda lo más rápido posible y con las carreteras bloqueadas por deslaves pensó mandarlos por avión, por lo que insistió en comunicarse con los directivos de la única línea aérea que daba el servicio aéreo hasta el aeropuerto de Ixtepec.
Gracias a su insistencia los directivos de la aerolínea le consiguieron para las seis de la tarde del 8 de septiembre un avión disponible para transportar tres toneladas de ayuda y cinco boletos de avión para cinco personas en viaje redondo, la cual sirvió para enviar médicos compañeros de Ricardo.
Además de lo transportado por avión varios traillers llegaron la noche del mismo día con 18 toneladas de ayuda que el mismo día se empezaron a distribuir en la ciudad y después a las poblaciones aledañas distribuyendo en total alrededor de 200 toneladas de ayuda alimenticia.
Con el respaldo del INPER, no sólo se trasladaron médicos de la ciudad para atender a los damnificados, el joven juchiteco logró armar cinco consultorios médico de urgencias gracias a la solidaridad de la comunidad taiwanesa.
Varios de los consultorios se ocuparon durante el tiempo que no hubo hospital en la ciudad y se instaló en un espacio provisional al aire libre y uno de los consultorios se donó al centro de salud de la agencia La Ventosa.
Ricardo Pineda Baltazar es hijo del secretario técnico del Ayuntamiento, Ricardo Pineda Hernández, era médico adscrito al área de tococirugía y jefe de guardia del INPER, egresado de la especialidad de ginecología y de la alta especialidad de Uroginecología.
Su deceso en la ciudad de México causó gran consternación entre la comunidad médica y sus amigos paisano juchitecos, ya que era ejemplo de persona buena, orgulloso de ser juchiteco, una joven vida alegre truncada a temprana edad.
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