Gerardo Valdivieso Parada
Juchitán, Oax.- Dos organizaciones hicieron guardia en el monumento a los héroes juchitecos el 5 de septiembre con las previsiones sanitarias por la contingencia, ambas llevan el nombre de mujeres juchitecas que trascendieron en la batalla contra el ejército imperial y francés en 1866: Tona Taati’ y Simona Robles.
Tona Taati’ sobre nombre de Petrona Esteva, es la mujer mas conocida en la historia oral de los juchitecos alrededor de la batalla del 5 de septiembre, que trasciende entre los nombres de los oficiales, jefes políticos y líderes naturales que citan los historiadores locales.
“Petrona Esteva el de capullo de la flor de lima” así era conocida Tona Taati’ en 1920 según Andrés Henestrosa quien asegura que en ese año la juchiteca tenía cien años, y al contrario de Juana Cata, versión tehuana de la amante del joven capitán Porfirio Díaz, no fue rica hacendada ni tampoco innovó el traje con telas importadas de Holanda, sino se mantuvo en su cultura zapoteca:
“Vestía el traje indio más primitivo: huipil y enagua de enredo, andaba descalza, se tocaba con un huipilito de encaje blanco, apenas si llevaba alguna humilde joya. Amó y sirvió a Porfirio Díaz, al que decía Porfirio, en peligrosas operaciones militares llevándole y trayéndole noticias, alimento y elementos de guerra: una mera guerrillera, una mera primera soldadera”.
Sin embargo Tomás Chiñas Santiago recuerda que en el pasado reciente el nombre de Petrona Esteva estaba denigrada en la historia, opacada por los hombres, por lo que se decidió dignificarla y honrar su memoria no sólo cada 5 de septiembre sino poniéndole el nombre de una organización económica de mujeres y de artesanos, entre ellas las bordadoras del traje istmeño.
Rogelia González Luis recuerda que en el trabajo de indagar la participación de las mujeres en la gesta heroica de los juchitecos se encontraron con escasos datos sobre las mujeres, trascienden solamente por su reclamo a los hombres en su repliegue al sitio llamado Pozo Peralta al oriente de la población cuando el ejército invasor había tomado la ciudad.
La frase en zapoteco que la mujer zapoteca dirige a los hombres les recuerda su orgullo de haber derrotado a los franceses en la batalla del 5 de mayo de 1862 en Puebla y luego herirles en su dignidad al pedirles sus armas para ser ellas las que echarán al invasor, lo que levantó el ánimo de los hombres para ganar la batalla.
Para la activista la participación de las mujeres no se reduce a esa frase, ya que la participación de las mujeres juchitecas es trascendental no sólo en la vida cotidiana en tiempos de paz sino también en la guerra, pues ellas fueron las que atendieron a los heridos, las que proporcionaron el alimento, las que organizaron la retirada y según la historia oral hasta se enfrentaron al invasor.
Esto sin hacer menos la escena en el Pozo Peralta, ya que las mujeres también son fundamental en la vida de los hombres en los momentos mas trascendentales y difíciles y no fue la excepción en el momento decisivo de la batalla contra el invasor.
En su indagación en la historial oral y documental, revela González Luis, que son tres hermanas las que destacan en este suceso histórico, las hermanas Robles: Rosalía, Petrona y Simona, con el nombre de ésta última nombraron a su organización de mujeres y que también lleva el nombre de una colonia, esto en el afán de hacer visible la participación de las mujeres en la conmemoración con una ofrenda a ellas.
El nombre de las mujeres juchitecas al contrario de los soldados y oficiales, no aparecen en la historia local ni son mencionadas en los honores oficiales que se rinden cada año a los que participaron en la batalla, “no hacen mención de ninguna mujer” lamenta la dirigente.
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